Lo único positivo del COVID19 para mí, como dice Aroa López, es que nos ha recordado porqué elegimos nuestra profesión. O a mí personalmente me lo ha recordado. El COVID19 me ha recordado por qué elegí ser enfermera. Y me ha recordado que no sería enfermera sin todas las personas y profesiones que me rodean. Porque todas y cada una de las personas suman y son imprescindibles y han sufrido en esta pandemia que nos ha tocado vivir.

Un EPI y estar a pie de cama no te hace ser Dios ni superior a nadie

Que no se os olvide que las enfermeras tenemos muchas funciones, no solo la asistencial. Tenemos también la docente, la gestora y la función investigadora. Que no se nos olvide que lo vivido (y seguimos viviendo) ha sido muy duro desde todos los ámbitos, desde todas las profesiones, desde todas las perspectivas.

Es curioso leer las opiniones de un tuit desafortunado publicado esta semana en Twitter. Lo interesante no es el tuit, son los comentarios de la gente que menosprecia la función gestora o que ensalza su trabajo y se cree la host… por estar con un EPI a pie de cama. Se creen que el EPI llega solo, que el compañero nuevo ha aparecido sin contrato, y que cuando se sientan en el ordenador funciona solo….

Ponerte un EPI y estar a pie de cama ha sido muy duro pero NO TE HACE SUPERIOR A NADIE. Y tampoco te hace superior a las enfermeras gestoras que hemos estado buscando desesperadamente personal para suplir bajas, hemos montado UCIs de la nada, hemos gestionado recursos que no llegaban (y si no hay, no hay, como la levadura del Mercadona. NO HAY), hemos tenido que actualizar protocolos en base a evidencia científica que llegaba cada horas y hemos escuchado a las personas de nuestros equipos con el ánimo por los suelos, como el nuestro. Y hemos sentido, o por lo menos yo sí lo he sentido, cada positivo o fallecimiento de un compañero como una auténtica puñalada en el corazón. A mi personalmente esto me ha pillado en gestión y en pañales, con cero experiencia.

Jefes y responsables hijos de p…. los hay en todos los lados y desafortunadamente responsables/supervisoras/coordinadoras a pie de cama posiblemente se hayan visto menos. Pero existen y han existido y hemos existido y hemos o han combinado la función gestora con la asistencial. Al igual que otros han sumado horas, esfuerzos y lágrimas. Porque aquí lo hemos dado todo todos. No nos hemos dejado la piel, nos hemos dejado la piel, los músculos, los huesos, los órganos y la salud, pero todas.

¿Te has parado a pensar en los demás?

Que no se te olvide que cada persona, y digo persona y no digo profesional sanitario, de la sanidad pública y privada en esta pandemia, ha sido una pieza clave en el engranaje del gran equipo que hemos formado en contra de del coronavirus.

Además del personal que menos se le nombra: personal de limpieza, cafetería, celadores, farmacéuticos, técnicos de farmacia, TCAEs, técnicos de rayos, técnicos de laboratorio, microbiólogos, técnicos de PRL, fisioterapeutas, psicólogos, personal administrativo, atención al paciente, mantenimiento (y mucha más gente que se me olvida) han estado, por ejemplo, también los informáticos. ¿Te has parado a pensar en ellos? A mí personalmente me montaron en horas una red de ordenadores para atender a “mis pacientes” dentro de otro hospital que no era el mío.

[bctt tweet=”¿Te has parado a pensar que todos hemos sumado, que nadie es mejor que nadie y que ponerte un EPI no te hace Dios?” username=”urgenciasemerge”]

¿Te has parado a pensar en los policías de los controles? ¿Y en los militares desinfectando y recogiendo muertos de las residencias sin dar abasto. ¿Y en las personas de los comercios y transportistas que nos han permitido comer? ¿Te has parado a pensar en la gente de recursos humanos? En mi empresa han estado trabajando (o por lo menos a mí me han contestado emails) pasadas las doce de la noche. ¿Y en los de compras y almacén? ¿Te has parado a pensar en estas personas? ¿Y los que gestionan las agendas y las citas? Alucinante su trabajo.

¿Te has parado a pensar en las compañeras nuevas o en los voluntarios que lo han dado todo fuera de sus unidades o sin experiencia? ¿Te has parado a pensar en los compañeros que se han tenido que quedar “en segunda línea” porque alguien tenía que estar en ella y se han sentido inútiles sin serlo? ¿Te has parado a pensar en las personas de los centros que atienden a gente sin hogar? ¿Y en las personas que han hecho de enfermeros sin terminar la carrera?

¿Te has parado a pensar en el personal que trabaja en la extrahospitalaria o los de AP que iban a los domicilios? Con EPIS a más de 40 grados en algunas comunidades cargando con la mochila, el monitor, el oxígeno, la camilla y toda la parafernalia y bajando al paciente de su cama hasta tu “cómodo hospital” (no os ofendáis, solo pensadlo). La mayoría son TES, no camilleros, muchos con contrato en prácticas. Siempre les despiden cuando acaba ese contrato de mierda, haya COVID o no. Por no tener no tienen ni reconocida su categoría profesional. Nos quejamos de la bolsa, que es para quejarse (bueno, quejarse se queda corto). Pero lo que les pasa a ellos no tiene nombre, con y sin COVID.

¿Te has parado a pensar que todos hemos sumado, que nadie es mejor que nadie y que, repito, ponerte un EPI no te hace Dios? Y hablando de Dios, enseñarle a un sacerdote a ponerse un EPI para dar una Extremaunción y verle sacar su Biblia de una bolsita de plástico ha sido una de las experiencias más dolorosas (todavía intento entender por qué) y surrealistas que he vivido en esta pandemia.

[bctt tweet=”¿TE HAS PARADO A PENSAR? Lo mismo, y lo digo empezando por mí, tenemos que empezar a pensar en los demás y no en nuestro sufrimiento y nuestro heroicismo, y en nuestra historia.” username=”urgenciasemerge”]

¿TE HAS PARADO A PENSAR? Lo mismo, y lo digo empezando por mí, tenemos que empezar a pensar en los demás y no en nuestro sufrimiento y nuestro heroicismo, y en nuestra historia. Me gustaría que la nueva normalidad no fuera una nueva normalidad, si no una nueva sociedad. Una nueva sociedad más comprensiva, más empática, menos egocéntrica y que haya aprendido algo de todo esto. Pero ya sabéis: SOÑAR ES GRATIS.

Gracias a todas

Gracias a todos y a todas. Dentro de este equipo mencionado arriba (y repito, si notas que no te he mencionado, en toda esta pandemia SÍ que me he acordado de ti)  a mi me ha tocado enfermera gestora y novata. Un papel jodido, pero como el de todas las personas. A los otros “papeles de la obra de teatro” que hemos vivido les doy las gracias. MUCHAS GRACIAS, porque la obra no sale si falta uno, seas un papel importante o un papel secundario con una mínima frase en la función.

A mí me ha tocado ser enfermera y como dice Aroa López, he vuelto a entender por qué elegí esta profesión. Y he vuelto a entender que es una más. Así que bajad los egos, los humos (y el humor que no toca en algunas ocasiones) y sigamos trabajando unidas. Porque sin uno de los actores o actrices no sale el gran teatro de la salud en el que EL PROTAGONISTA ES SIEMPRE EL PACIENTE, no tú y tus circunstancias.

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Última actualización: 10/10/2021. Autoría del postElena Plaza Moreno, Enfermera docente. Instructora de ACLS y BLS por AHA. Experta en urgencias y emergencias y competencias digitales docentes. Creo y divulgo contenido de salud basado en evidencia

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