Minimizar interrupciones en la RCP es la clave de una buena RCP, tanto básica como avanzada. En esta entrada os voy a hablar de la presión de perfusión cerebral y de la fracción de compresión torácica los dos factores que hay que tener en cuenta para conseguirlo. Además, os enseño un vídeo para demostrarlo.
¿Por qué es importante minimizar las interrupciones en la RCP?
Porque la detención de las compresiones torácicas disminuye brúscamente la presión de perfusión cerebral (PPC), es decir, el flujo sanguíneo al cerebro. Y se tardan unas cuantas compresiones desde que iniciamos la RCP en volver a alcanzar el límite adecuado de presión para que la sangre alcance el cerebro. Cuantas más paradas en las compresiones, más difícil es conseguir la PPC óptima.
La AHA tiene un esquema muy bueno (que a mi personalmente me encanta) que ilustra el párrafo anterior:
Y lo que explica esta imagen os lo he intentado reflejar en el siguiente vídeo:
Se puede ver la sangre que llega a la cabeza mediante una luz y lo que tarda en volver a llegar al cerebro aunque yo haya comenzado la RCP tras una parada.
Las paradas necesarias son:
Análisis del ritmo cardiaco.
Administración de ventilaciones.
Inserción de dispositivo avanzado para la vía aérea.
Administración de la descarga eléctrica.
Además, estas pausas nunca deben ser superiores a 10 segundos.
Por lo tanto, debemos evitar:
Análisis prolongados del ritmo.
Comprobaciones de pulso frecuentes e inapropiadas.
Tardar en exceso en administrar las ventilaciones.
Mover innecesariamente al paciente.
La evidencia científica además nos dice que cuanto más cerca estén las compresiones de la desfibrilación, más efectiva será la misma. Por ello, debemos realizar compresiones mientras se carga el desfibrilador y no retirarnos hasta el aviso de la persona que lo maneje. ¿Sabéis cuántos segundos tarda en cargar vuestro desfibrilador? Pensad que son segundos sin que el cerebro se oxigene. Segundos en los que hay que realizar compresiones torácicas.
¿Qué es la fracción de compresión torácica?
Además, la AHA introdujo un término nuevo: FCT, fracción de compresión torácica. Es la proporción del tiempo en el que se realizan compresiones torácicas en una RCP.
Este número de compresiones depende de:
La velocidad a la que se realizan las compresiones.
De las interrupciones de las compresiones.
El primer factor, la velocidad, tiene que ser constante, entre 100 – 120 compresiones por minuto. Y es en el segundo, en las interrupciones, donde debemos hacer mayor énfasis.
La recomendación según AHA es que esa FCT debe ser de al menos el 60% (pudiéndose alcanzar un 80% en equipos de reanimación bien entrenados).
Es decir, si por ejemplo una RCP dura 10 minutos, deberemos estar como mínimo 6 minutos realizando compresiones.
La analogía que utiliza AHA para explicarlo es un viaje en coche: el número de kilómetros recorridos, además de la velocidad del vehículo, depende de las paradas que realicemos. De tal forma que si viajamos a 60 km/h, y no paramos, recorreremos 60 km en una hora. Si vamos a 60 km/h y paramos 10 minutos, recorreremos solo 50 km de distancia. Por ello se concluye que cuanto más frecuentes y largas sean las paradas del viaje (interrupciones de la RCP), menor será la distancia recorrida (menor número de compresiones torácicas). Para conseguir ese 60% de FCT recomendado debemos minimizar al máximo las interrupciones en las compresiones torácicas.
Libro proveedor BLS y ACLS de AHA y Aspectos destacados de la actualización de las Guías de la AHA para RCP y ACE 2015. El vídeo es de una servidora para mostrar con el maniquí que la presión de perfusión cerebral tarda alguna compresión en ser efectiva.
Última actualización: 23/12/2020. Autoría del post: Elena Plaza Moreno, Enfermera docente. Instructora de ACLS y BLS por AHA. Experta en urgencias y emergencias y competencias digitales docentes. Creo y divulgo contenido de salud basado en evidencia
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